jueves, 16 de junio de 2011

Isla musical

con
Sal Medicinal


Conque te andas con las flores
de más vida del Caribe
donde Martí nos describe
con los más bellos colores...
Cúrate con sus amores
sin apartarte un instante
de tu tierra militante
que por tus versos espera
y mientras, en La Pradera,
todos querrán que tú cantes

Ve tranquilo, que esta senda
es larga, pero el abrazo
y las manos... y los pasos...
unimos pa que se extienda
la fuerza en la contienda
que con tu aliento nos trajo
tu alto trino de arrendajo
para volver con Bolívar.
Por tu lealtad, siempre viva,
tú no estás solo, carajo!

La Sabia Ave Guardiana
que te acompaña, te brinda
idea de caña que pinta
con su dulce y soberana
luz Martiana y Guevariana
y a la verdad, siempre fiel:
el Comandante Fidel
que en la adversidad se afina
más rozagante y destila
amor que brota su piel.

Trae, contra la apatía,
la sal mestiza insurgente;
la medicina más fuerte
pa`l que pierde su alegría
que por miedo se desvía
y se separa alienado 
de este destino invocado
con ancestral claridad,
pues sólo la Identidad
cura este Suelo Sagrado 


Poesía
Amaranta Pérez

Fotografía
Televisión Camagüey

Pinturas
Muerte de Martí en dos Ríos por Carlos Enriquez 1900-1957
El Libertador Simón Bolívar  por  Ciro Madueño
Manos y Retoño autor desconocido


Video: Dariela Tello
Poema: Kelly Pacheco
Música: José Alejandro Paredes y Amaranta
Galería fotográfica del MINCI


martes, 14 de junio de 2011

Tite Curet Alonso y un recuerdo que late desde Venezuela


Tite Curet Alonso y un recuerdo que late desde Venezuela
Por Lil Rodríguez


De todas maneras rosas…

Lo más parecido al amor eran esas miradas que se cruzaban Catalino Curet Alonso y Norma Salazar. No hubo duda de eso en quienes tuvimos la inmensa dicha de verlos juntos escribiendo ese poema inolvidable que se hace a dos cuerpos.

La primera vez que esas miradas se toparon fue un día de 1985 cuando Norma, andante sonrisa boricua con cara de anhelos libertarios vio al Tite en una calle de San Juan. Como a Norma le gusta declamar, y lo hace muy bien, no lo pensó dos veces y atravesó la calle para interceptar al famoso compositor y pedirle algunos poemas.

“Lo más que podía pasar era que me dijera que no, pensé”, nos contó Norma, quien había dejado las lágrimas sólo para el encuentro con roncito, y a solas. “No todo el mundo tiene derecho a ver nuestro llanto, amiga… eso hay que ganárselo”.

Fotos, periódicos, recuerdos, libros, franelas,… todo a un lado en la habitación del Anauco Hilton, Caracas, octubre de 2004. Lo importante es la mano extendida y el “te escucho, Norma”, como en los días de caminata por Río Piedras en Puerto Rico para buscar los cuentos de José Luís González y los discos de El Topo y Atabal.

“Nada, mi hermana… Le pedí los poemas y aquél hombre ni se inmutó. Nos miramos muy bien, eso sí. Y sólo luego me dijo que me llamaría, pero con una displicencia que yo, bendito, di por muerto aquél intento pensando que no me llamaría nunca”.

Jajajajajá. Es hermosa la carcajada a dúo cuando se afina en compás de complicidad. Jajajajajá. ¿Nunca?

En menos de 24 horas Catalino Curet Alonso llamó a Norma Salazar para pedirle que se vieran, pues tenía algunos escritos y quería saber si le servían…

Y fueron varios papeles y varias conversaciones. Mientras tanto, cumpliendo el poema de Andrés Eloy Blanco, el amor entre los dos hilaba, cerrando con costura borincana “verde luz” como el hilo de Antonio Cabán Vale, aquellas heridas de amores que se fueron, de amores peregrinos, de hijos y divorcios, de lágrimas y lluvia…

No había pasado un semestre cuando Tite Curet, de la manera mas hermosa, por simple, le dijo: “Vente conmigo a compartir la aurora…”. Campanitas de cristal. (Los hombres gustan de compartir la noche… pero… ¿La aurora?).



Luz y sombras

Juntos compartieron las auroras durante 17 años, hilando ilusiones, tejiendo sueños, aliviando la inquietud de los amigos y expresándose el amor, entre sombreros y turbantes, con la moral que da el amor, con la dignidad que da el amor, con el afán de servicio que da el amor... “Anacaona”… “Periódico de ayer”… “Mi triste problema”… “Las caras lindas”…

En julio de 2002 Norma se ausentó. Iba a Cuba con urgencia por causa de un tratamiento médico de su hijo. Y estaba en Cuba cuando el Tite hubo de ser ingresado a una clínica. Muchos la buscamos. Quien escribe recuerda haber llamado incluso a los colegas del programa “Deportivamente” de Radio Rebelde en La Habana para intentar localizarla.

Cuando Norma llegó al lado del lecho de Curet le dio los mensajes animosos que le enviaban los cubanos. Pero había hielo en aquél recinto. Y luego la bomba: Se le negaba el ingreso al cuarto de su marido por orden de la hija de éste.

Los vasos se vacían y se llenan en medio de aquellas confesiones sustentadas en recortes de prensa y mucho llanto. “Pues no me amilané y seguí visitando el hospital hasta que pude entrar. No le dije al Tite lo que me había pasado con su hija, pero él sí me dijo, con urgencia, porque sabía que se nos acababa el tiempo: “Mi hija exige que me vuelva a casar con su mamá”.



Trago largo. “Eso no va a pasar Tite, quédate tranquilo”.

Y es que nunca Tite y Norma pensaron en casarse. Las convenciones no los animaban y mucho menos aquello de “el patrimonio y los legados”.

Esa misma tarde alguien la llamó. “Lo casaron Norma, enfermo como está. Lo casaron esta tarde con su debilidad física y emocional a cuestas”.

Tal vez sólo en ese momento pudo ver el alcance del papel firmado….

Norma se fue a Francia. Puso un océano a separar el dolor. Tite Curet Alonso se fue a la Parada 15, de Santurce, el sitio donde le conocí de la mano de mis siempre fraternos Víctor Prada Vallés y Rafael Viera. Allí le consumía la tristeza… y también lloraba. Decía que mucha gente lo había engañado. “Quiero a Norma”, y el ay de la amargura se apoderaba de todos.

…como amantes

Norma no se iba a pasar la vida en Francia ni huyendo. Con absoluto prestigio ganado no por ser la compañera del Tite, sino por sus incuestionables méritos como folklorista y trabajadora cultural en una nación a la que niegan la condición de tal, la directora del grupo “Plenibom” sabía que se tropezaría con el Tite, como aquél día de 1985, al cruzar cualquier calle de San Juan.

Un día salió hacia el supermercado y al pasar frente a la Plaza de Armas escuchó un singular: “Norma”, pero pensó que era su imaginación. Un segundo llamado la hizo reaccionar. Al otro lado de la calle, sentado en un banquito, estaba Tite. “Ven acá, siéntate”, le dijo.

Norma confirma lo que ya había contado en Puerto Rico. “Yo crucé, claro. Pero al verlo se me fue el coraje. Hablamos mucho, muchísimo". Ese día quedaron en almorzar.

Chocamos los vasos en la tarde caraqueña que evoca a la boricua.
“Sí, amiga, claro: Nos veíamos, nos amábamos, salíamos, y a la poesía no le importó que yo ahora fuera amante. Y a mí tampoco”.

Todo tiene su final…

Un día el Tite la mandó a buscar con urgencia. Se vieron en la Parada 15. “Nos tomamos un café…él se comió unos pastelitos… y me dijo: ‘Mi hija me quiere llevar a Estados Unidos. Yo no me quiero ir. No dejes que me lleve…”.

Llanto otra vez, pues nada corría a favor de los amantes…
Norma cuenta que intentó tranquilizarlo, y luego lo llevó a la casa de Pueblo Nuevo donde él vivía. “Me quedé mirándolo intensamente hasta que llegó a la puerta. Fue la última vez que lo vi…”.

El viernes, 5 de agosto se cumplieron dos años de la ausencia física de Tite Curet Alonso, periodista, compositor, boricua, amigo, quien hizo aquél viaje indeseado para fallecer en Baltimore. Un venezolano (William Nazaret) se ocupó de trasladar sus restos a Puerto Rico, y Borinquen sintió dolor, el mismo que siente hoy como pueblo al no escuchar en radio (el comercio por encima del patrimonio) los temas de uno de sus más grandes y dignos compositores. Tranquila Borinquen, tranquila hermana, que acá, en Venezuela, te hacemos el quite con creces.
Profesión que llaman esperanza.

Reproducción de artículo publicado en Venezuela por la periodista Lil Rodríguez con motivo del segundo aniversario de la partida de Tite Curet Alonso.

16/ago/05

El maestro Catalino “Tite”Curet Alonso, junto a Norma Salazar y la periodista venezolana Lil Rodríguez.
(Foto suministrada)



viernes, 10 de junio de 2011

La tragedia de la semilla transgénica

 

La física y filósofa, Vandana Shiva, en el encuentro Tierra, Alma y Sociedad, realizado en octubre de 2008 en Mallorca, España, explicó el significado de la semilla para la humanidad y alertó sobre la invasión trasgénica y la sentencia de muerte que trae consigo.




Vandana Shiva: La tragedia de la semilla transgénica

Creación está pasando constantemente. La semilla es la encarnación de esa creación continua. En la semilla está el árbol entero. Y no solo una planta, cientos y miles. Pero más importante aún, no sólo son plantas para la próxima generación sino por siempre. Porque de la semilla viene la semilla hasta el infinito…

En nuestro idioma, hindi, llamamos a la semilla "Bija”. "Ja” es vida. "Bija” es  "aquello en lo que la vida surge por su cuenta para siempre”. Cuando plantamos una semilla decimos una pequeña oración: "Haz de esta semilla algo inagotable”

Así que las dos características intrínsecas de la semilla son:

1.      Regenerarse
2.      Multiplicarse

Así que está en la naturaleza de la semilla está el nunca agotarse. Es así como la naturaleza ha constantemente creado lo suficiente para las necesidades de las personas y para el futuro. Y no ha habido diferencia alguna entre las semillas y grano que comemos y las que guardamos para plantar en el futuro, en agricultura ecológica.

Mientras la agricultura se realizado con esta intención, alimentarnos, disfrutar los sabores, como formas de vida agrícolas, así ha funcionado: se cultivaba la cosecha, se guardaba una parte, se comía el resto y se tenía alimento continuamente. Pero hace unas décadas las grandes compañías que han creado químicos, los químicos que fueron usados para la guerra que después fueron utilizados en agricultura (Pesticidas, herbicidas…) empezaron a introducirse en el sector de las semillas. Y dijeron: "No es justo que los agricultores guarden sus semillas porque nos están robando. Porque podríamos estar ganando un montón de dinero”.

Y así es como piensan las empresas hoy en día. Primero piensan en cómo pueden ganar dinero, y si no lo ganan lo definen como un "robo”.  Les daré un ejemplo: Canadá no quería vender su agua, una compañía quería comprar agua y venderla en California. Canadá dijo "Pero, no queremos venderla”. Ellos demandaron al país. Denunciaron al gobierno de British Columbia diciendo "Nos estáis robando nuestros beneficios”. Estas empresas químicas hicieron lo mismo con las semillas. Dijeron: "Tenemos que tener leyes que impida a los agricultores guardar su semilla”.

Normalmente cuando se intenta introducir un concepto tan disparatado en la sociedad, se inventa una palabra rimbombante para acompañarla, y lo llamaron "derechos de propiedad intelectual” y dijeron que la semilla es su propiedad intelectual. Para poder definir la semilla como su propiedad, las empresas se dieron cuenta de que primero tenían que modificarla un poco. Y por eso crearon la ingeniería genética y los transgénicos. Así cogen un gen de una bacteria, lo introducen en una planta, y dicen: "Ahora hemos creado algo nuevo. Somos creadores, y por tanto, dueños”.

La fertilidad de la semilla viene de la polinización, para que exista la siguiente generación de semilla tiene que haber fertilización. Y la fertilización es comunicación, es un bien común, tiene que ser compartido. Pero al declararla "propiedad intelectual”, compartir se convierte en un crimen, conservar se convierte en un crimen. La ingeniería genética surgió pues, por el deseo de patentar. La patente significa que nadie más puede utilizar, fabricar, producir, distribuir lo que se ha patentado. Las patentes están asociadas con el cobro de "royalties”. Igual que la gente cobra alquileres por las casas, Monsanto cobra alquileres por la siguiente generación de plantas.

El resultado de todo esto es que hoy Monsanto, una sola empresa, controla el 95 por ciento de la semilla de soja transgénica vendida en cualquier parte del mundo. Debido a que quieren vender semillas de las que quieren comprar "royalties”, están extendiendo estas semillas por todas partes. Existen ahora mismo solo cuatro tipos de cultivos que se están extendiendo: maíz, canola, soja y algodón. India solía tener doscientas mil variedades e arroz, mil quinientas variedades de mango, cientos de miles de variedades de plátano. Toda esa diversidad está desapareciendo porque está siendo sustituida por maíz y soja, maíz y soja. Ya que la idea tras la ingeniería genética era ser propietarios de las semillas, y la vida, ahora las empresas ya no tienen que utilizar el argumento de que han inventado una planta se están haciendo directamente de la propiedad de las plantas. 



Estas multinacionales están comprando todas las pequeñas empresas locales que venden semillas, de modo que hay un monopolio de cinco compañías que controlan todo el suministro de semillas en el mundo. La semilla significa alimento: cuando controlas la semilla, controlas el alimento. Como esto es ahora una cuestión de beneficios, ¡Alguien tiene que pagarlos!

Cuando la naturaleza nos da una semilla no nos cobra un alquiler. Cuando voy a recolecciones de semillas con agricultores, la comparten gratuitamente. Así que la semilla que pertenecía a los agricultores y a las comunidades es ahora propiedad por la cual el agricultor debe pagar "royalties” a las empresas. Y en condiciones como en la India, si un agricultor que tiene que pagar diez veces más por la semilla, y además cada año, porque en lugar de renovarse, ahora han hecho que la semilla sea no renovable, los agricultores son obligados a endeudarse. Doscientos mil agricultores indios se han suicidado porque estaban sumergidos en deudas debido a estos monopolios de semillas.

Así pues todo el tema de la semilla es importante por muchos motivos:

1.      Creo que es el trabajo medio ambiental más importante, la protección de la biodiversidad, pero como la vas a proteger si no tienes las semillas de biodiversidad.
2.      Para los agricultores y el medio rural: si no tienen acceso a las semillas como propiedad pública comunitaria, ya no tendremos pequeños agricultores. Así que proteger la agricultura pasa por proteger a la semilla.
3.      Y finalmente es una cuestión que atañe a los que comemos, y todos tenemos que comer. Si hay una dictadura de la semilla, entonces los consumidores no tenemos la opción de comer comida sana. Porque las semillas no renovables son tóxicas, están limitadas en cuanto a diversidad.

La semilla es la fuente de fertilidad. Ahora se está haciendo estéril. La oración que rezábamos al plantar la semilla "Haz que esta semilla sea inagotable”, se ha transformado en una oración corporativa, "Haz que esta semilla se agote cada año para que mis beneficios sean inagotables”.

Los beneficios de Monsanto se multiplicaron el año pasado, en medio de la crisis de alimentos. Incrementaron en cien dólares el precio del saco de maíz. Hasta ahora controlan, como les decía, cuatro cultivos de forma total. Pero quieren controlarlos todos. Si no hemos guardado las semillas de los otros cultivos, estaremos no solo en la dictadura de la semilla sino que aún peor, sufriremos desastres a gran escala porque no so lo bastante listos como para inventar semillas para un clima cambiante, ni para toda la diversidad de climas que hay en el mundo. Así que no podemos permitirnos que la semilla se vea reducida a un monocultivo y un monopolio. Tenemos que mantener su diversidad y descentralizarla, que esté en manos de la gente.





miércoles, 8 de junio de 2011

El Disco está en la batalla simbólica


El disco, ha sido una herramienta de la industria cultural del capitalismo, para imponer formas de pensar y de actuar. Esta reflexión de Fidel Barbarito nos recuerda que nuestro objetivo es tomar los medios de producción simbólica para combatir a la cultura del egoísmo. En esta batalla, el disco es vital para enviar un mensaje que pueda despertar al pueblo colonizado...

DT


El Disco está en la batalla simbólica

Por Fidel Barbarito



En el ámbito de la cultura se libra una batalla simbólica entre el discurso hegemónico y el contrahegemónico. El primero impone su esquema de dominación cultural para asegurar la alienación y favorecer la desfiguración de las personalidades e identidades, <>, con todas sus fuerzas, una cultura globalizada –universal– que en sintonía con una economía de mercados sin frontera, induce a todos los pueblos del mundo al consumo de un solo tipo de comida, vestido, música, cine, literatura, diseño, arquitectura. Es el discurso que nos presiona a consumir suntuaria y ostensiblemente, cuyo signo indestructible es el capital. El segundo intenta subvertir el orden impuesto por el primero, en una lucha asimétrica.



El capitalismo somete a la cultura en función del mercado y a tales fines crea lo que conocemos como la industria del entretenimiento. Con esta superestructura produce mercancías para el consumo masivo, crea y difunde mensajes generadores de alienación y consumismo irracional, al tiempo que legitima su discurso. Es decir, el capitalismo convierte a la cultura en un arma de sometimiento. Tal y como lo explica Leonardo Acosta (Música y descolonización -1982-), el colonialismo cultural somete al destruir las creaciones autóctonas de los países conquistados para imponer sus propios valores o al marcar como inferior a la cultura de los vencidos.



Son varias las tácticas que emplea el capital en su estrategia de dominación. El disco –entendido como consorcio transnacional- no solo es una de ellas, sino que además, es una de las más eficientes, pues en su entorno se ha generado todo un aparataje económico y simbólico que va desde la producción de los contenidos musicales y la fabricación del propio soporte –discos, cintas, discos compactos, memorias­– hasta el asentamiento de un emporio radial y el desarrollo de una industria tecnológica muy exitosa, la que ha provocado en menos de 50 años el cambio periódico de equipos cada vez más sofisticados y costosos para escuchar música.



La industria discográfica, además de la inimaginable fortuna que le ha generado a los dueños del capital, también ha realizado un aporte determinante para generar alienación,  estimular el consumismo irracional y legitimar la colonización cultural. Esto lo ha logrado con una práctica tan perversa como eficaz en la consecución del objetivo. Veamos:



Se identifica a una expresión musical emergente –es <>– y se analiza su potencial conexión popular -si el contenido de esta manifestación es insurgente, mucho mejor-. Esta novedad es secuestrada por el colonizador y vaciada por completo de su contenido original –destruyendo cualquier símbolo de resistencia y rebelión­–, bautizada con los nuevos signos –de dominación–, hecha mercancía y luego vendida al pueblo que la creó.



Esta apropiación, universalización e inversión de los significados de los símbolos culturales que forjan la identidad de los pueblos colonizados, es una fórmula exitosa para desdibujar el sentido de pertenencia del colectivo, del organismo social. Es uno de los mecanismos de interferencia más eficientes, pues logra que asumamos códigos estéticos diseñados para la comercialización, en los que creemos reconocernos.



Pero es también una fórmula exitosa para apropiarse de los saberes culturales de los pueblos explotados. Es el saqueo de melodías, ritmos y sonoridades como materias primas que la metrópoli procesa en su maquinaria reproductora para comercializarlas como mercancías a nivel mundial.





A lo largo de la historia del disco hemos visto cómo las más combatidas manifestaciones musicales, más tarde son absorbidas por la industria del entretenimiento y liberadas de todo mal. El Jazz, el Rock, el Hip-Hop, el Rap y el Reguetón, pueden ser los ejemplos más notables de géneros musicales populares a los que el capital pervirtió el espíritu para hacerlos responder a una lógica unilateral que se apoya en representaciones falsas con la que genera discriminación, violencia, egoísmo, conformismo y, obviamente, dinero.



Latinoamérica, África y Asia igualmente han sido testigos de la expoliación musical y de la deformación de la identidad que genera esta táctica. Basta recordar la lambada, el meneíto, la soca y la bomba para poner cuatro ejemplos cercanos a nuestro entorno caribeño. Algunas de las expresiones musicales secuestradas por el capital han logrado reivindicar su origen y siguen combatiendo desde su trinchera. Otras, se han diluido, entre las ropas y los videos que acompañan la estrategia de mercado, al ser sustituidas por la lógica de la moda.



Son diversos y abundantes los signos con los que la industria discográfica transnacional interviene el sentido original de sus nuevos productos musicales, aquellos que secuestró y ahora convierte en referencia de la <>. Uno de estos signos es la discriminación. Con ella se aniquila la insurgencia y el sentido de dignidad de los pueblos cuando son desplazadas, de todos los espacios, las músicas diferentes a la marginadora. De la misma forma son excluidas y excluidos, en su propio entorno cultural, los creadores y las creadoras de estas músicas y por ende, el pueblo al que pertenecen.



La violencia es otro de los signos que se incorpora como valor de la que podríamos llamar música hegemónica. Nos convertimos en receptores de mensajes que agreden a la dignidad de las personas, muy especialmente dedicados a la mujer, las niñas, niños y adolescentes. El objetivo es estimular una relación de maltrato físico y psicológico para legitimar la violencia desde el mensaje. De esta forma se asume con naturalidad en la cotidianidad individual y colectiva.



El disco, al ser una herramienta de comunicación, ejerce un papel protagónico en esta batalla de las ideas. Así, entendiendo que lo bello es revolucionario, que la pluralidad es nuestra bandera y el amor nuestro motor, quienes hacemos y disfrutamos los discos, debemos acercarnos al debate de lo simbólico como práctica reflexiva que nos permita percibir con claridad aquellos valores que se transmiten con un disco y que van alterando –para bien o para mal- nuestras conductas, análisis y percepciones.


Toda la sociedad debe tomar conciencia de la magnitud de esta batalla y toca al artista, al creador, la creadora, en su condición de comunicador y comunicadora, de intérpretes de la realidad que le ha tocado compartir con un colectivo, asumir la responsabilidad de su discurso estético. Si queremos construir una sociedad insurgente, justa, libre, solidaria y soberana, entonces debemos estimular las relaciones sociales –colectivas, donde hombres y mujeres son el ser del vínculo- y no las relaciones de propiedad –egoístas, donde hombres y mujeres se vinculan a través de los objetos que poseen-.


En esta revolución, el disco y la música, como soporte y discurso, están llamados a dar la batalla. La que ganaremos con el ejercicio consciente, urgente y constante de la soberanía cultural como construcción de la idea de Patria y como contradicción al discurso hegemónico imperialista. Solo descolonizándonos podremos profundizar este proceso liberador inspirado en el ideario bolivariano y proyectarlo en el futuro.






Tomado de: http://cendisavanza.blogspot.com/2011/05/el-disco-esta-en-la-batalla-simbolica.html

domingo, 5 de junio de 2011

Plantaré mi poesía

Y si estuvieramos vivos
si algún dia este poema
pudiera enfrentar tus ojos
si dejáramos de ser un enigma
que inesperada alegría nos sucediera
si de concreto y asfalto
ya no tuviera ni el recuerdo

Que ese maicito
de tu sonrisa
ay se enredara
en mi cabello
y que este campo
fuera escardilla
ay que sencilla alegría
nos sucediera

Si el huerto de la patria
que la patria es huerto, amor
me lo dijeron
las manos campesinas
manos que labran
manos que abrazan
besé el sudor de su frente, amor
que nos sostiene

Y lo sentí del humo tierno, yo
Plantaré mi poesía
de un fogón que nos espera
Plantaré mi poesía
de unas manos que amasan
Plantaré mi poesía
el amor que nos libera
Plantaré mi poesía

Por eso, porque si acaso 
estuvieramos vivos
como lo estoy sospechando
no existiría lo lejos
ni lo irrespirable
del aire de tu ciudad
aquí estarías conmigo
como las semillas
que germinan
en el último minuto

Manos que labran
manos que abrazan
yo besé el sudor de su frente
su amor que nos sostiene

Por eso en estas tierras
plantaré mi poesía
al lado del arado
y de la yuntas
y a todos los niños
de todos los años
que inesperada alegría
nos sucediera

Y lo sentí del humo tierno, yo
Plantaré mi poesía
de un fogón que nos espera
Plantaré mi poesía
de unas manos que amasan
Plantaré mi poesía
el amor que nos libera
Plantaré mi poesía


Poesía:
Kelly Pacheco

Adaptación musical y poética:
 Amaranta Pérez y José Alejandro Paredes







En homenaje a
Juan José Cobeña Yanes,

semilla sembrada en nosotros
para siempre...